Un láser es una luz amplificada que emite fotones que inciden sobre los electrones desencadenando una serie de efectos de acuerdo al estímulo aplicado. Una frecuencia adecuada de láser, aplicada en el sitio correcto, a la distancia exacta y el tiempo correcto, puede ser más potente que un bisturí para reparar un tejido. Lo importante es que el tratamiento no sea un tratamiento local simplemente en la zona del dolor. Lo realmente importante es que el tratamiento sea integral incorporando todos los factores físicos y emocionales en el contexto del dolor. También puede ser utilizado en puntos de acupuntura o centros energéticos ejerciendo una cascada de eventos en el organismo para restablecer los mecanismos de regulación para poderse curar.